viernes, 20 de julio de 2007

Las razones de CB&A Consultores...

Castro Boniche & Asociados, Consultores en Educación y Cultura (CB&A Ltda.) tiene como objetivo la consultoría en educación y cultura, realizada en instancias de diagnóstico, asesoría, capacitación, asistencia técnica, publicaciones, estudios e investigaciones a través del diseño, implementación, desarrollo, seguimiento y evaluación de los distintos tipos de programas, proyectos y estrategias de emprendimiento, tanto educativos como culturales.

CB&A Consultores: Razones para recurrir a la consultoría...

¿Por qué se utilizan los consultores?

Veamos ahora cuáles son las razones más frecuentes o de dónde nace la decisión de recurrir a los consultores de empresas para realizar esas diversas tareas.

Curiosidad
Tanto si se admite como si no, muchos dirigentes no tienen un objetivo claramente definido cuando invitan a un consultor a que visite su organización. Lo invitan porque lo consideran un personaje destacado o porque tiene fama de triunfar donde todos los demás han fracasado. ¿Por qué no probar? “ Vamos a ver qué puede hacer en esta difícil situación. Es posible que pueda decirnos algo que nosotros no sabemos... Después de todo, aunque el resultado sea nulo, podemos permitirnos el lujo de que la empresa disponga durante algunos días de un experto notorio.”

Falta de seguridad
Una razón más que frecuente es la falta de seguridad. Un director de empresa puede sentirse inseguro por falta de información, por un aumento de las críticas y la intranquilidad en la compañía, por una competencia cada día más agresiva o a causa de la edad, de una salud frágil o de cualquier otro motivo. El recurrir a un consultor es, en estos casos, una medida de alivio, como cuando el médico le dice al paciente que no está realmente enfermo y que, si lo está, le puede ayudar a recuperarse.

Intento de mejorar los resultados de la empresa
Afortunadamente, en la gran mayoría de los casos el uso del consultor obedece claramente al deseo de la dirección de la empresa de mejorar el rendimiento de su organización y los resultados de su actividad. Esta es la razón principal y dominante. El objetivo inmediato de la dirección puede ser evitar que decaiga el rendimiento actual, tomar medidas correctoras si se ha deteriorado el rendimiento o utilizar al consultor para actividades orientadas hacia el futuro, como el análisis de las tendencias, la búsqueda de oportunidades y la preparación de estrategias de medio y largo plazo. El común denominador será siempre el mismo: los resultados finales y el aumento de rendimiento.

Aprendizaje
Según los principios más modernos de la consultoría, el aprendizaje del cliente se considera cada vez más como una de las principales justificaciones del uso de consultores. Este tipo de misión tiene un doble objetivo: resolver un problema concreto mediante la aplicación de la pericia del consultor y transferir esta pericia a los dirigentes y especialistas de la compañía cliente. El aprendizaje puede incluso ser la única razón inmediata de una misión si, como se ha dicho antes, se contrata al consultor para que dirija un curso de formación en la organización cliente y el cliente decide ocuparse por sí mismo de las restante actividades dirigidas a utilizar los resultados del curso para introducir mejoras prácticas. Otra posibilidad es que el consultor sea contratado par que el cliente pueda observar y aprender los métodos de trabajo que utiliza para hacer el diagnóstico y resolver el problema, compararlos con los suyos propios y elegir los mejores. Con frecuencia cada vez mayor los clientes recurren a los consultores no para hallar una solución a un problema concreto sino para adquirir los conocimientos técnicos especializados del consultor y aprender los métodos utilizados para resolver problemas y poner en práctica el cambio.

Fuente: SELECCIÓN Y TRABAJO CON CONSULTORES. “Cómo seleccionar y trabajar con Consultores”. Guía para el cliente. Milan Kubr. OIT-Ginebra.

CB&A Consultores: ¿Qué es un consultor?

¿Qué es un Consultor?

Empecemos por analizar algunas características generales de los consultores. El término “consultor” es genérico y puede aplicarse a cualquier persona u organización que facilite asesoramiento a los responsables de adoptar decisiones.
Este asesoramiento puede adoptar muy distintas formas y referirse a cualquier sector de la actividad y los intereses humanos: hay consultores sobre planes de pensiones, disposición de los jardines, compra de antigüedades u obtención de fondos a favor de organizaciones sociales.
Cualquiera que se considere capacitado para ello puede llamarse a sí mismo consultor, con tal de que encuentre a alguien dispuesto a escucharle.
Las expresiones “consultor gerencial” o “consultor empresarial” señalan el sector de intervención del consultor, que es la asistencia a empresarios, gerentes y otros decisores en las empresas, tanto del sector público como privado. En la mayor parte de los países no existe un título que esté oficialmente definido y protegido.
Todo el que piense que tiene algo que ofrecer a los empresarios y gerentes puede establecerse como consultor de empresas. Los clientes que buscan asesoramiento empresarial pueden elegir entre una gran diversidad de servicios ofrecidos por consultores que muestran enormes diferencias en cuanto a sus antecedentes, experiencia, competencia, estilo de trabajo, condiciones de intervención, calidad de servicio y normas profesionales. Por consiguiente, ningún cliente puede evadirse de la larga, arriesgada y a veces ardua tarea de seleccionar al consultor adecuado. Las características del consultor deben corresponder a la naturaleza del problema planteado y a las necesidades específicas del cliente. Además, es preciso separar el trigo de la paja.

Nuestra idea (es decir, la idea en que se basará este texto) es que el Consultor ha de ser una persona o una organización que satisfaga los cuatro criterios siguientes:

1.- El consultor ofrece y entrega algo de lo que el cliente carece, pero que desea adquirir en diversos sectores de la teoría, los conocimientos prácticos, la experiencia o las técnicas comerciales y empresariales. Puede tratarse de una cuestión especial y muy concreta, como una evaluación de las funciones de ocupaciones administrativas, o de un tema amplio multidisciplinario, como el diagnóstico de una empresa en situación difícil. Puede tratarse de un peritaje actualizado sobre las aplicaciones de la tecnología informática o los mercados financieros internacionales, o de unos conocimientos convencionales y prácticos que permitan mejorar la organización de un pequeño taller de reparaciones. Cuando trabaje para un cliente, el consultor habrá de concentrar el 100 por ciento de su atención al problema de que se trate, algo que raras veces puede permitirse hacer un director o un administrador absorbido por sus tareas.

2.-El consultor es alguien que sabe cómo ayudar a los clientes a descubrir y resolver sus problemas. Se da cuenta de que los clientes tienen necesidades y personalidades distintas, y que tienen más o menos experiencia en el uso de consultores. Por consiguiente, el consultor utiliza diversos instrumentos metodológicos para ayudar al cliente a determinar los problemas y a analizar sus causas, a reconocer la necesidad de cambio, a elegir entre diversas posibilidades, a superar barreras psicológicas y de otra índole que se oponen al cambio, y a poner en práctica la decisiones adecuadas.
En cierta medida, todo consultor debe poseer aptitudes psicosociales y de comunicación además de ser un experto en control de la producción, remuneración de los empleados o cualquier otra esfera especial de la dirección de empresas.

3.- El consultor es un asesor independiente y objetivo. Ha de poder y querer decirle a su cliente la verdad y darle una opinión totalmente independiente y objetiva sin tener que preocuparse por sus posibles consecuencias sobre el consultor como persona y sobre la empresa de consultoría que lo emplea. Debe ser independiente del propio cliente, de toda autoridad supervisora, de organizaciones y personas que tengan o pretendan tener una participación en la organización cliente, de los centros de poder político de la comunidad, etc. La mayor parte de las empresas de consultoría pertenecen a los propios consultores y son totalmente independientes. Algunas de ellas son propiedad de la empresa no limita de ninguna forma su independencia y objetividad.

4.- El consultor es alguien que ha decidido atenerse a un código profesional de ética y conducta: como se verá, puede tratarse de un código profesionalmente establecido por una asociación de consultores de la que sea miembro el consultor o de un código personal definido por el propio interesado. Es importante que no haya ningún equívoco entre el consultor y el cliente acerca de la interpretación de este código y el comportamiento del consultor. La relación entre cliente y consultor se basa, ante todo, en la confianza. Es imprescindible, en particular, que el cliente esté seguro de que el consultor es absolutamente honesto con él y que el servicio al cliente es el principio rector de su conducta.
Los consultores de empresas tienen otras muchas características, pero las cuatro mencionadas –competencia técnica, conocimientos especializados de la consultoría, independencia e integridad profesional – son las fundamentales del consultor profesional.

En cambio, hay otras características sobre las cuales se ha escrito mucho pero que son menos importantes. Algunos observadores de la consultoría reconocen sólo como verdaderos consultores a los profesionales que hacen de la consultoría su medio de vida o que le dedican por lo menos un 50-60% de su tiempo. En ciertos contextos estos criterios pueden tener sentido, mas si trata de conseguir el mejor asesoramiento posible, no cabe pensar que al cliente realmente le importe que el experto elegido se dedique a la consultoría a tiempo completo o sólo parcial.

Fuente: SELECCIÓN Y TRABAJO CON CONSULTORES. “Cómo seleccionar y trabajar con Consultores”. Guía para el cliente. Milan Kubr. OIT-Ginebra